980.332 personas apoyaron Iniciativas Populares de Norma, de las cuales 2,12% se identificaron como personas no binarias

(Santiago de Chile,  7 de febrero de 2022).- La participación de las disidencias sexo-genéricas en sí misma es histórica. El hecho que personas visiblemente transgénero y no binarias estén participando de un proceso constitucional es, sin duda, un hito en la historia del país; a pesar que esta participación no ha sido fácil de conquistar, mucho menos cómoda, en este proceso de participación popular logramos convocar a más de 45.000 apoyos entre las iniciativas que presentamos desde D.U.R.A.S.

Estos 45.000 apoyos se distribuyeron de una manera bastante equilibrada: “Derecho a la Identidad” recibió cerca de 18.000 apoyos, “Reconocimiento de Comunidades y Familias Diversas” por su parte recibió la misma cantidad de apoyos, mientras que “Derecho a la Igualdad, No Discriminación y No Sometimiento” alcanzó 10.000 apoyos, la cual fue ingresada a través del equipo de la Convencional Constituyente Valentina Miranda, quién también forma parte de la Red Disidente. Sobre esto último, no es menor señalar que el apoyo a esta iniciativa fue transversal y amplio, contando con el respaldo de más de 30 Constituyentes de diversas fuerzas políticas.

D.U.R.A.S logró ingresar 4 iniciativas al debate constitucional, 2 a través de Iniciativas Populares de Norma y 2 a través de equipos de Convencionales, y esto no es una cuestión del azar. La articulación y coordinación de las organizaciones y activistas participantes de dicho espacio tuvieron que dejar de lado muchísimas metas individuales para llegar al punto en el que actualmente nos encontramos: dejar de lado individualidades y comenzar a representar y habitar un proyecto colectivo en donde ningún nombre sobresale más que cualquier otro; ponerse a disposición de las necesidades en materia de despliegue territorial a nivel nacional, a nivel de difusión en RRSS, dedicar largas horas al trabajo en comisiones temáticas, dejar de lado diferencias políticas profundas y priorizar una idea de bienestar no individual, sino que colectivo e incluso pensando en generaciones que aún no nacen, generaciones de niñas, niños, niñes y jóvenes que verán los frutos del presente trabajo.

Es común que no se logre comunicar de manera efectiva la importancia que portan estas normas, y la importancia de que estas sean discutidas con altura de miras, codo a codo con la asesoría de personas y organizaciones disidentes, tomar en consideración opiniones y comentarios de la población trans, no binaria, intersexual, arrómatica, etc. No se logra entender la importancia de abrir la democracia a grupos históricamente excluidos del debate político, siendo que este ejercicio nos permite incidir en la creación de normas que permitirían disminuir brechas existentes en el acceso a derechos sociales básicos, tales como la educación, salud, vivienda, trabajo, entre otras; en definitiva, una discusión provechosa y participativa de estas iniciativas nos permitirá extender la esperanza de vida de las personas trans por sobre los 35 años de edad.

 

Si bien estas iniciativas ingresadas no son una solución definitiva, servirán como un sustento para impulsar y construir legalmente nuestras demandas históricas: el acceso a documentos de identidad para personas no binarias, una ley integral trans que aborde las diversas problemáticas que se viven como comunidad, una reforma sustantiva a la ley Antidiscriminación, una ley que asegure el cupo laboral para personas trans, etc. Sobre esta última demanda cabe mencionar que el no poder acceder a trabajos dignos con remuneraciones dignas tiene un efecto multiplicador, es decir, no sólo significa no tener trabajo sino que también impide el acceso a una alimentación saludable, el acceso a servicios de salud, educación, contar con viviendas dignas, etc.

Un claro ejemplo de lo anterior es la situación que se está desarrollando en Valdivia, donde compañeras, compañeros y compañeres transgénero y no binaries de “Panteras Disidentes” se encuentran resistiendo en una casona que era utilizada por la Democracia Cristiana, con el objetivo de exigir y presionar por una solución habitacional para estos grupos históricamente excluidos, tal como los ya mencionados.

Este ejercicio de participación ciudadana es algo inédito en la historia de nuestro país, el cual siempre estuvo acostumbrado a ejercer deberes cívicos que se reducen a votar en elecciones periódicas o extraordinarias, tal como lo fue en el plebiscito del año 2020. Sin embargo, la Convención Constitucional movió un cerco que había sido fuertemente instalado permitiendo que fuesen les, los y las ciudadanas quienes redactaran normas de rango constitucional, lo cual también es una forma de descentralizar el poder, una de las mayores promesas del órgano constituyente.

Lo anterior dio resultados positivos: 980.332 personas participaron apoyando Iniciativas Populares de Norma, de las cuales un 2,12% se identificaron como personas no binarias (casi 21.000 personas). Este dato nunca antes percibido por ninguna institución del Estado, fue posible de extraer gracias al formulario de inscripción que desde el inicio consideraba la opción “No Binario” como uno de los géneros con los cuales identificarse; la participación y los logros que emergen de esta son una cadena totalmente conectada entre sí: durante el año 2021 desde D.U.R.A.S se impulsó el asistir a Audiencias Públicas con el objetivo de repetir una y otra vez la necesidad del reconocimiento de identidades no binarias, nombre social y pronombres en los procesos de participación.

Este proceso de articulación permitió visualizar otra forma de hacer política, una forma que se construye desde la disidencia, desde la vereda opuesta a la cisheteronorma, una forma de hacer política que se construye con y para las personas trans, intersexuales, no binarias, lesbianas, bisexuales, y todos aquellos grupos que no hemos estado en la palestra. Una política que se construye desde los afectos, lo colectivo y que deje de lado el egoísmo y los intereses individuales. Desde estas perspectivas construimos e impulsamos desde D.U.R.A.S.

Emilie Esperguel, estudiante en la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, voluntarie de la Unidad de Legislación y Políticas Públicas OTD Chile.

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