La semana pasada nos enteramos por la prensa del caso de una mujer trans migrante que denuncia haber sido violada por un gendarme en un recinto de población penal masculina en el que permanecía privada de libertad. En OTD Chile, nos preocupa que sigan sucediendo este tipo de casos, a pesar del trabajo permanente que hemos realizado para avanzar en el reconocimiento de las identidades trans y el respeto de los derechos humanos.
El 4 de noviembre de 2018 una mujer trans sufrió violencia sexual por parte de un gendarme en la cárcel Santiago Uno. El Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) tomó el caso, se querelló y logró que la víctima pueda estar actualmente con medidas de protección respecto de su victimario. Ése mismo mes, el abogado de la Defensoría Penal Pública, que lleva el caso por el que está procesada, logró que fuese trasladada al centro penitenciario femenino de San Miguel.
Una vez allí, se percató que el funcionario imputado había sido trasladado a dicho recinto. “Desde el punto del sentido común obviamente no debiese suceder, si me preguntas si es normal en Gendarmería, lo desconozco”, dijo a OTD Chile, Beatriz Contreras, directora del INDH Sede Metropolitana. Constatado este hecho, el juez de garantía decretó el nulo contacto con la víctima por parte del imputado.
“Nosotros interpusimos una querella por tortura y el juez de garantía señaló que atendida la gravedad de los hechos y la situación respecto al imputado se dispusiera la prohibición de acercamiento a ella y que esto debía cumplirse en todo recinto de Gendarmería, además si ella salía en libertad la prohibición es de al menos cien metros”, explicó Beatriz.
La semana pasada la Corte Suprema aceptó la solicitud de la Defensoría de revocar la prisión preventiva de la mujer, mientras se investiga el caso por el que está imputada.
“Hay una situación de violencia sexual, que de acuerdo a los estándares de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, debido a todas las características que tienen estos actos, es constitutivo de violación y la violación en sí es considerada tortura. Existen estándares específicos tratándose de la violación sexual de una detenida por parte de un agente del Estado, señalando que este es un acto absolutamente grave y reprochable porque se toma en cuenta la vulnerabilidad de la víctima y el abuso de poder que evidentemente despliega el agente”, precisó la abogada del INDH.
OTD Chile consultó a Gendarmería sobre el caso y declinaron hacer comentarios sobre lo dispuesto por la Corte. Sin embargo, respecto a la querella de la denunciante indicó: “inmediatamente conocida la denuncia de la imputada por presuntas vulneraciones sufridas por parte de un funcionario, la Institución instruyó distintas medidas para resguardar su integridad y un correcto proceso investigativo”.
El director regional abrió un sumario administrativo contra el gendarme involucrado, quien fue trasladado de recinto y posteriormente suspendido de sus funciones. Así como la unidad de derechos humanos entregó asistencia psiquiátrica y psicológica a la víctima. “Gendarmería afirma que independiente del curso judicial de la investigación, rechaza categóricamente conductas que se aparten de la probidad funcionaria y que no respeten los derechos de las personas que están bajo nuestra custodia y cuidado, por lo que agotará todas las instancias necesarias para esclarecer los hechos y aplicar las medidas que correspondan”.
Para el coordinador de legislación y políticas públicas de OTD Chile, Franco Fuica, “Gendarmería en uno de los espacios en que la ley de identidad de género tiene el gran desafío de traspasar la estructura binaria que tiene el sistema carcelario en Chile, que no entrega realmente posibilidades de resguardar la vida y garantizar la reinserción de las personas trans que llegan a la cárcel. La situación de vulnerabilidad es grave para todas las personas, independiente de su identidad de género, pero para las personas trans es aún peor. Nosotres somos parte del Consejo Consultivo de Usuaries de Gendarmería de Chile y una de las tareas que hemos desarrollado en ese espacio son capacitaciones para gendarmes y a futuro queremos impulsar capacitaciones para la reinserción social de les internes trans”.
Sobre este caso en específico, Fuica afirmó que “da pie para visualizar los casos de mujeres trans que están en cárceles de hombres, las que están en riesgo de ser violentadas sexualmente o maltratada por parte de gendarmes u otros presos. También está el caso de chicos trans en las cárceles de hombres donde puede pasar lo mismo, existiendo riesgo de violación, embarazos no deseados entre otras torturas, tratos crueles, inhumanos o degradantes”, dijo.
Finalmente, Fuica comenta que la experiencia internacional plantea que las personas trans deben cumplir penas de reclusión domiciliaria o en módulos especiales en cárceles de mujeres para resguardar su seguridad.