Cabres ¿Y dónde están los profes?

                                                                                                                                                         Cami Valo Torres

Siempre han existido personas que han escapado a las normas que la sociedad establece, por ejemplo, personas que no responden a los modelos corporales, conductas o habilidades consideradas adecuadas desde una concepción polarizada del género, aspecto reproducido por gran parte de la población y naturalizado en los círculos familiares e instituciones educativas.

Hoy a la vista de las movilizaciones por las diversidades sexuales queda en evidencia la existencia de una gama de personalidades, identidades y expresiones, que plasman una realidad sujeta a lo diverso de los individuos y que escapa a lo binario del género.

Los espacios escolares en tanto espacios sociales, se han convertido por excelencia en lugares de disputa donde el surgimiento de nuevos actores ha tensionando  los valores de un sector tradicional de la sociedad. La escuela, espacio que muchas veces ha propiciado la discriminación, se ha vuelto lugar de lucha y resistencia para todos y todas aquellas a quienes ya no les es sostenible obedecer  normas de género. Cuando desde distintas latitudes emerge con fuerza la identidad trans, su relato y su denuncia, descarnados, visibilizan de golpe las miserias ideológicas de una sociedad sometida a la negación de sus diversas identidades.

Teniendo aun fresca en mi memoria la etapa escolar, me sitúo ahora en tanto estudiante de pedagogía y como profesora en constantes experiencias de acercamiento a procesos de pre-práctica he podido constatar que el aula es el reflejo de la sociedad. Para ejemplificar esto mencionaré una experiencia que me marcó en lo personal: un estudiante de apenas 11 años se acercó a mí durante el término de la clase con la urgencia de hablarme a solas. En aquel momento el niño me confesó con timidez su atracción hacia uno de sus compañeros, mientras sus palabras comenzaban a formarse  con desesperación alzó la voz, el niño no  comprendía por qué constantemente sus pares y profesores lo trataban diferente, él no veía nada malo en sus expresiones delicadas ni en la atracción que sentía, él no veía nada extraño en su persona y yo tampoco.

No es casualidad que lo mencionado anteriormente se vea reflejado en la primera encuesta a personas trans*[1] y de género no conforme “Encuesta T[2]”, en donde es importante recalcar que el 53% de los/as/es encuestados tiene entre 14 y 23 años -rango de edad que por lo general cursa algún nivel educativo-. En esta encuesta se menciona a la familia y  a la escuela como dos círculos de violencia hacia las personas trans y de género no conforme. Respecto a esta última se puede observar que un 40% de los/as/es participantes en dicha encuesta declara haber sentido discriminación en su lugar de estudio. Respecto al grado de discriminación un 34% declara haber sufrido una alta y muy alta discriminación durante 5to y 8vo básico, mientras en la educación media es donde más se da la discriminación en todos sus grados. Un 50% de los/as/es encuestados ha indicado que en la etapa escolar han cuestionado su identidad, un 39% ha sido ignorado y agredido verbalmente. Al identificar las personas que están al origen de las agresiones (compañeros, docentes, directores, inspectores y orientadores), un 41% seleccionó al director, inspector u orientador como quienes más les había ignorado por su identidad de género. A la vez, estas mismas autoridades han sido indicadas como las que más han cuestionado la identidad de género. (Encuesta T, 2017).

Me es crítico ver dentro de esta encuesta porcentajes tan altos vinculados al rol docente y a cargos relevantes en las instancias de toma de decisiones de los planteles educativos. Se esperaría que profesionales con trayectoria académica posean más y mejores herramientas para abordar la temática. ¿Qué está sucediendo con las personas que egresan de la formación docente? ¿Qué están haciendo las personas con Grados Académicos de Magíster o Doctorado en Educación destinados a ocupar puestos de dirección en nuestras escuelas? La realidad indica, así lo he experimentado durante mis estudios superiores, que la formación docente no es garantía de formación en la cultura de los derechos sexuales.

La encuesta T muestra también que un 56% de los/as/es encuestados ha intentado suicidarse más de una vez  y que el 61%  indicó haber recibido agresiones verbales por parte de sus compañeros y compañeras. Ante esto pregunto ¿Dónde estaban las y los adultos responsables en los espacios escolares? ¿Cómo prevenir las agresiones y proteger a nuestros niños, niñas y adolescentes?

Pienso en mi experiencia como escolar, no ha pasado tanto tiempo y ello me permite recordar que la educación sexual estaba centrada en la prevención del embarazo. En esos 12 años jamás escuché hablar a profesores sobre identidad de género u orientación sexual, por el contrario, en el liceo de mujeres al que asistí la persecución que realizaban las autoridades era cruda y violenta hacia las lesbianas o quienes vestían como “hombre”.

El reciente Estudio Juventud y Sexualidad realizado por Amnistía Internacional junto a  Corporación OPCION en 8 regiones de Chile, refleja esta carencia de conocimientos en los estudiantes, ante la interrogante ¿Qué es para ti sexualidad? de los 2.593 participantes un 12% indico Relaciones sexual/ conductas sexuales, un 8,8 no sé y un 26,2% no respondió.

Algo muy similar se experimenta en el espacio universitario. En una ocasión me animé a preguntarle a mis pares de 8vo semestre de pedagogía ¿Cuál es la diferencia entre sexo y género? Al no obtener respuesta insistí ¿Qué es la identidad y expresión de género? Algunos/as mencionaron la identidad de género como sinónimo de transexualidad. Comprendí que entre mis pares son casi inexistentes los conocimientos relacionados a los componentes y elementos de la sexualidad, por lo tanto no estarían preparados para abordar estas temáticas el próximo año cuando ya sean docentes egresadas.

Es necesario generar una reflexión respecto al rol que en este tema juegan los/las docentes, es urgente revisar los contenidos metodológicos de la formación docente, recordando que los Derechos Humanos están contemplados en sus objetivos transversales y que al hacernos cargo de ellos no les estamos haciendo un favor a las personas de la comunidad LGBTI+, sino que estamos cumpliendo con las indicaciones promovidas desde la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH2012_2015).

Ante esta carencia surgió la necesidad de formar un equipo de  trabajo entre compañeros/as de Pedagogía en Historia y Ciencias Sociales, lo que permitió organizar un ciclo de diversidad e identidad de género en la Universidad Academia de Humanismo Cristiano. En aproximadamente 3 semanas se realizaron actividades bajo el titulo “educar para transformar”, en donde fue vital el apoyo de las organizaciones y colectivos relacionadas con los temas de identidad de género, derechos humanos de los grupos LGTBI+[3] y educación sexual. Fue preocupante la baja asistencia de docentes y estudiantes de la universidad a las actividades, la mayor participación la compuso personas externas tanto docentes como personas que comenzaban su transición, lo que evidenció la necesidad por acceder a este tipo de información.

Hoy el tema de las diversidades sexuales es motivo de debate en la escena nacional. Si tras la circular n°0768, donde se declaran principios orientadores para la comunidad educativa respecto a estudiantes trans, se generó un enorme revuelo entre  políticos/as, comunidades religiosas y las propias familias, que impidió llevar el debate un poco más lejos respecto a, por ejemplo, saber cuál sería la situación de los/as/es profesores trans, hoy la ley de identidad de género, indicada por el gobierno como de suma urgencia, espera aun su aprobación en el Congreso. Si bien hemos sido testigos de enormes avances desde la Comisión de Derechos Humanos y pareciera estar generándose un cambio en las mentalidades de quienes promueven las leyes en nuestro país, seguimos a merced de una cultura más respetuosa de los viejos estandartes de la iglesia, que del cuidado de toda su población.

El 2017 finalizó con terribles agresiones a un joven trans de 19 años en Osorno. El joven mientras era golpeado con brutalidad escuchaba a sus agresores decir “Agradece que no te matamos. No queremos lacras como tú viviendo”. El compromiso urgente es asumir la responsabilidad docente y de las escuelas de pedagogía comprometidas en la formación de profesores ante la contingencia de la temática de las diversidades sexuales. Es necesario por lo tanto generar instancias de aprendizaje en comunidad; capacitaciones, talleres, ciclos de actividad, cátedras, etc. que aborden el contenido de educación sexual y su diversidad.

Agradezco el apoyo del observatorio de E.D.H de la UAHC.

[1] Trans*: Concepto paraguas que puede incluir diferentes expresiones e identidades de género, como son trans, transexuales o transgenero, etc.

[2] Encuesta T

[3] LGTBI+: Abreviación de Lesbianas, Gay, Trans (transgenero-transexual), Bisexual, Intersexuales y todas aquellas otras expresiones de la diversidad sexual.

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