Con más de 5 años de experiencia en nuestro programa de acompañamiento, Luis Constanza comenta que su trabajo es una forma de expresar que se puede ser trans y feliz. Agrega que la experiencia le ha hecho sentir validade y valora el hecho que su realidad sirva para demostrar a otres personas que se puede ser un adulte trans orgullose.
Con 27 años, Luis Constanza decidió asumir su identidad femenina. Fue asignade masculino al nacer, pero nunca se sintió cómode con esa clasificación. “Pensaba que ser mujer era algo negativo, y me frustraba el hecho que, aunque me gustaban las mujeres, no me sentía como hombre”.
Vivió mucho tiempo aparentando una fachada de “macho”, hasta que un día, con ayuda de su psicóloga pudo decir que se sentía una mujer. Una de las razones que le llevó a aceptarse fue el miedo de llegar a la adultez mayor y sentir que no hizo todo lo que debía hacer.
Para enfrentar las secuelas de la discriminación en la calle fue fundamental el tener en casa un ambiente seguro en el cual existía cariño. “Tuve que enfrentar a mi familia. Al principio hubo bastante reticencia pero con el tiempo tuve el apoyo de todos. Además, conté con la contención de muchas personas, que me hicieron sentir que mi experiencia era válida, aunque partí mi transición a los 27”, explica.
En este proceso adaptó su nombre, pasando a llamarse Constanza. De esta etapa, comenta que ser mujer ha sido la experiencia más feliz de su vida. En ese tiempo conoció a su novia Carmen, con quien se encuentra felizmente en pareja.
“Pero hubo un momento en que me sentí encerrada en la feminidad. Ahora soy un poco más masculino, tengo una masculinidad menos tóxica”, comenta, reconociendo así su naturaleza como persona no binarie, específicamente de género fluido: “quiero instar a que las personas se acepten, que se entienda que el género no es necesariamente algo fijo. Igual que la expresión de ese género. Hay que aceptarse como une es, sin tenerse odio ni hacerse daño”.
El inicio de su trabajo como consejere
El primer acercamiento con OTD fue por medio de su participación en el Grupo de Encuentro Trans (GET), un espacio en el cual se reúnen semanalmente personas trans y/o no binaries a compartir sobre sus experiencias, entre otros temas, como poder lidiar con sus principales desafíos en su transición de género. Fue en este espacio que recibió un llamado de Michel Riquelme, Coordinadore Ejecutive de la organización, ofreciéndole ser consejere de pares, y posteriormente pasó a ser socie de la Asociación.
La consejería de pares consiste en que, personas trans que ya han avanzado en su transición conversan con personas que están partiendo, que necesitan guía o solamente poder conversar con otra persona trans. Esta importante instancia es muchas veces la primera acogida, fuente de información, consejos y acompañamiento.
Han sido 5 años muy valiosos, desempeñando esta labor, donde ha podido ayudar a sus pares, como así también ha sido un gran enriquecimiento propio. Las consejería de pares, le ha permitido trabajar con jóvenes y adolescentes trans, brindando contención e información oportuna, demostrando que sí existen posibilidades de un desarrollo integral como persona.
“Cuando terminan las consejerías, tanto les usuaries, como sus mapadres quedan con la sensación de que se puede”, añade. Un sentimiento de esperanza que se ha logrado gracias a la visibilización e incidencia de la comunidad trans, la cual ha impactado en un mejoramiento en las condiciones de vida para que toda persona, independiente de su identidad de género pueda desarrollarse de mejor manera.
Pero en voz de Luis Contanza, aún existen importantes desafíos, a los cuáles se ve expueste día a día en su rol como consejere. Muchas personas trans se ven frustradas porque aún les piden certificados psiquiátricos a la hora de agendar una hora con profesionales de la salud, como los endocrinólogos. Una cuestión que no debería ocurrir, ya que en virtud del principio de despatologización de la Ley de Identidad de género esto está prohibido.
“Todavía hay mucho que avanzar. Hay muchas personas que aún no tienen redes de apoyo. Para qué hablar respecto del acceso a la salud, el trabajo y la vivienda digna”, comenta.
Desde su trabajo como consejere y experiencia de vida ha trabajado nuevos conceptos de masculinidad, reconociendo los desafíos que conlleva vivir en una sociedad heteronormada. De esta manera, ha abordado una masculinidad sana cuando conversa con hombres trans durante la consejería. “esta debe permitirte llorar y expresar sentimientos”.
Su trabajo en el CESFAM
Luis Constanza se ha desempeñado en diversas áreas, todas relacionadas al trabajo por los derechos de las transdiversidades. Ha sido activista en programas de concientización como en OTEDUCA, el colegio de profesores, universidades y colegios. Actualmente es Administrative del SOME Central y referente de género del CESFAM Andes.
Su trabajo como referente de género ha sido velar por una atención digna para personas trans. En la mayoría de los casos le ha tocado ayudar a padres y madres que están preocupados por el tránsito que están viviendo sus hijes. Su acompañamiento consiste en preguntar cómo se han sentido, si se sienten cómodes y explicarles cuáles son las prestaciones del CESFAM.
Hace poco tiempo le tocó atender a un menor trans de 17 años que fue con su madre a su consulta. El niño se alegró mucho de ver que había una persona trans trabajando en el centro: “yo imagino que así no se siente solo, pues ahora sabe que como persona trans puedes trabajar y realizarse”
Luis Constanza también participa realizando capacitaciones en diversas instituciones de salud. La última fue para el Servicio de Salud Metropolitano Occidente. Comenta que fue una experiencia potente, que estuvo centrada en aquellos trabajadores/as de la salud de “primera línea” es decir, atención directa a usuaries.
“Mi presentación se concentró precisamente en mi experiencia como consejere de pares. Mostré un video documental muy explicativo de la realidad trans que se llama Resiliencia. Me parece relevante, como un objetivo a corto plazo, que todo personal de salud este concientizade respecto a lo que pasamos, las agresiones y discriminaciones y nuestra alta exposición al suicidio por el maltrato y psicopatologización sistemática.”, concluyó.