El 22 de abril de 1973, en plena Plaza de Armas de Santiago, se realizó la primera manifestación pública de personas homosexuales y travestis en Chile, marcando un hito en la historia del activismo LGBTQI+ en el país. Este acto de valentía, protagonizado por un grupo de travestis y trabajadores sexuales en el centro de la capital, se convirtió en una denuncia contra los abusos policiales y la discriminación sistemática que sufrían.
La protesta reunió a alrededor de 50 personas, según diversas fuentes. Les manifestantes, conocides por seudónimos como “La Gitana”, “La Raquel”, “La Larguero”, “La Romané”, entre otros, realizaron bailes y gritaron consignas en el sector del quiosco de música y la estatua ecuestre de Pedro de Valdivia. Sus demandas incluían el fin de los abusos policiales y el rechazo social, y algunos medios de la época señalaron que también pedían la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo, aunque esto fue desmentido por algunos participantes.
La reacción de la prensa fue mayoritariamente negativa y homofóbica. Medios como Clarín y Paloma utilizaron términos despectivos para referirse a les manifestantes, reflejando la transversalidad de la homofobia en la sociedad chilena de la época, incluso en sectores progresistas.
A pesar de la represión y el estigma, este acto de resistencia ha tenido un impacto duradero en el activismo LGBTQI+ en Chile. Ha sido conmemorado en diversas ocasiones, incluyendo la realización del documental “Las locas del 73” en 2023, que recoge testimonios de participantes y busca visibilizar y reparar la memoria de las personas LGBT+ violentadas durante la dictadura militar.
Este evento histórico continúa inspirando a las nuevas generaciones en la lucha por la igualdad y el reconocimiento de los derechos de las diversidades sexuales y de género en Chile.