Usé bloqueadores de la pubertad siendo menor de edad

Por Alexis Parada Sepúlveda

Soy Alexis, mis pronombres son masculinos, tengo 19 años y estudio trabajo social. Me identifico como una persona trans y realizo consejerías de pares a otras personas trans que necesitan información para poder decidir los pasos que darán en sus transiciones de género.

Mi tránsito lo inicié a los 10 años. Toda la vida me he identificado como una persona masculina. A esa edad no tenía mayor información sobre el tema del tránsito de género. Sin embargo, buscando pude llegar a una organización y conocer el término transgénero. Me puse a investigar más y ahí claramente me identifiqué como una persona trans.

Con el transcurso del tiempo llegué a vivir con mi tía y ella me acompañó en mi proceso para ser la persona que actualmente soy y le estoy muy agradecido por eso. Con su apoyo como mi tutora legal, decidí comenzar con el tratamiento con bloqueadores de la pubertad a los 12 años, edad donde ya comenzaba mi pubertad. Fui a un endocrinólogo infantil y tuve muchos controles médicos para evaluar el tema de mi desarrollo a futuro. El doctor me explicó todos los efectos que provocan los bloqueadores y todos los exámenes y controles que íbamos a realizar. Me explicó que los bloqueadores retrasarían la producción de hormonas femeninas en mi cuerpo para evitar que se desarrollara femeninamente, evitar la menstruación y el crecimiento de las mamas. Me dijo que no era un medicamento que me fuera a hacer mal y que debía realizar los controles médicos necesarios siempre. Efectivamente nunca tuve problemas de salud al usar tratamiento con bloqueadores, todo lo contrario. Sentía que me potenciaban más, me sentía más feliz, más cómodo conmigo mismo. Me sentía más fortalecido y empoderado con mi cuerpo.

En cuanto al tema de la fertilidad, los médicos me preguntaron en varias oportunidades a lo largo del tratamiento que pensaba sobre eso, si quería o no tener hijos biológicos. Me explicaron que si quería tenerlos, podíamos parar el tratamiento y mi cuerpo iba a retomar su desarrollo sexual típico, que era una decisión que yo también podía tomar. Sin embargo, nunca pensé en dejar el tratamiento, a pesar de que empecé a temprana edad. Tampoco pensé en arrepentirme o retroceder todo el avance que hice. Asumí mis decisiones y aunque alguien me dijera ”oye, no tomes esto que te va a hacer mal” nunca pensé en eso, sino en mi felicidad como persona y en cómo quería verme reflejado a futuro, sentirme cómodo conmigo.

Mi familia jugó un rol de acompañamiento importante. Ellos fueron los que me impulsaron a tener más confianza y seguridad en mí mismo y avanzar en mi tránsito. Me acompañaron en esta decisión. Cuando les conté que era lo que me molestaba, que no quería pensar que me iba a desarrollar en la pubertad, decidí preguntarles si me podían llevar al médico para buscar una solución. Nunca me obligaron a nada, nunca me dijeron no hagas esto o no hagas lo otro. Fue porque yo les pedí el tratamiento, porque yo no quería sufrir. Si la familia está de acuerdo en apoyar a su hijo, que lo haga, que lo lleven a un médico experto, que empiece con su tratamiento. Así van a evitar pasarlo mal dentro y fuera del colegio, los bloqueadores ayudan mucho en ese sentido.

Respecto del debate político que se ha instalado en los medios de comunicación sobre si los bloqueadores son malos o no, puedo decir que para mí no son malos. Estos medicamentos me ayudaron a ser más feliz, a verme como siempre quise verme. Creo que quienes buscan la prohibición de los bloqueadores para infancias trans, van a provocar un gran daño a quienes los necesitan. A las infancias que se les niega el tratamiento les baja la autoestima, les desmotiva, se vuelven más inseguros, porque no van a poder ser felices o verse como ellos quieren ser a futuro. Creo que les van a limitar muchas cosas. Lamentablemente el adultocentrismo está por encima de las decisiones de las personas menores de 18 años. Finalmente son los padres quienes deciden sin tomar en cuenta la opinión del hijo y no debería ser así. Los tratamientos médicos son decisiones de cada persona y ojalá nadie se los impida diciéndole que le van a hacer mal porque le están incitando al miedo y a no poder tomar una decisión libre. Le están negando un pedazo de su etapa. Hay personas que hemos estado muchos años en tratamiento y estamos bien. Estos tratamientos también los usan las personas cisgénero y en esos casos son válidos ¿por qué en nuestros casos no?

Creo que al sistema de salud le faltan muchas cosas para mejorar en cuanto a la atención de salud para personas trans. Faltan leyes que nos garanticen atención de salud, leyes que protejan nuestros derechos en el sistema público y privado. Nos vulneran constantemente sobre todo en el trato que recibimos las personas que hemos transitado de género.

Yo le diría a una persona trans menor de 18 años que no tenga miedo, que todo parte por uno mismo porque uno elige y que cuente con la confianza de contarle a un familiar. Ojalá sea la misma familia, el núcleo familiar, que lo apoyen en las decisiones que vaya a tomar. Si quiere empezar con tratamiento médico, que no se lo prohíban porque es su felicidad y que es una decisión que él mismo debe tomar. Es su futuro y cómo quiere verse reflejado más adelante. Le diría que puede lograrlo, que puede salir adelante, sobre todo si cuenta con una familia que le quiere. A los padres y madres, les diría que escuchen los mensajes, que respeten lo que realmente elige su hijo/hija o hije y que estén ahí para acompañarle.

 

 

 

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