El cuerpo de nuestra compañera fue hallado el domingo en su domicilio de Cartagena. Insólitamente aún las autoridades no han determinado si el asesinato de Claudia fue un crimen de odio.
El pasado domingo 11 de diciembre, fue encontrada sin vida en su domicilio, en la calle Mariano Casanova, a una cuadra de la Plaza de Armas de Cartagena.
Siendo una prominente activista por los derechos humanos, Claudia fue vocera del Club de Adultos Mayores Sobrevivientes del 73, un grupo de víctimas durante la dictadura militar en Chile. Además, fue líder del club deportivo Cartagena Atlético, y parte del colectivo trans femenino Sindicato Afrodita de Valparaíso y propietaria de la “Peluquería Salón Claudita Unisex”, también formaba parte de la Mesa LGTBIQA liderada por el actual gobierno, quien expuso sobre la problemática de la vejez trans a las autoridades del ministerio de la Mujer.
El jefe de la Brigada de Homicidios de la Policía de Investigaciones (PDI), el subprefecto Ricardo Castillo señaló que Claudia “mantiene una lesión compatible con la acción de terceros. En la cabeza presenta una lesión frontal que le habría provocado la muerte con una data de 24 horas”.
“Nuevamente, y días antes de que finalice el año, debemos señalar otro asesinato de una persona trans en Chile. Esta vez, la víctima fue Claudia Díaz, una adulta mayor y activista trans, que había logrado sobrevivir a las etapas más oscuras y al odio social de la dictadura militar, pero que aun así encontró una muerte violenta”, agrega Ignacia Oyarzun, coordinadora de la unidad de Políticas Publicas y Legislación de OTD Chile.
Lamentablemente, y a más de una semana de su muerte, las autoridades aún no han catalogado este delito como un crimen de odio. “Seguimos siendo discriminades y violentades por nuestras familias, segregades de los espacios educativos, despedides de nuestros trabajos, como así también en los centros de salud y en general de cualquier espacio público. (…) De nada sirve una ley de identidad de género si el Estado no puede garantizar primero nuestra existencia”, declara Ignacia Oyarzun.
Desde las organizaciones que representamos a la diversidad identitaria y sexo genérica, hemos sido categóriques en señalar que esta cobarde acción corresponde efectivamente a un crimen de odio. Este cruel asesinato viene a engrosar el preocupante aumento, del 100% de los asesinatos homo/transfóbicos en relación al 2021.
Crímenes de odio que preocupan, en una región como la de Valparaíso que ya ha sido catalogada como “zona roja” para la población LGBTIQ+ por la cantidad de crímenes de odio acontecidos a la fecha.