2023 es un año de dolorosas pérdidas para nuestra comunidad. A todas las personas trans, diversas y disidentes víctimas del odio, las recordamos con amor trans, que libera y nos hace florecer.
Renato, que arrinconade por el odio en forma de acoso y discriminación decidió partir a temprana edad, mientras que la Ley José Matías sigue estancada en la Comisión de Educación del Senado, y los legisladores, en vez de resguardar las infancias, siguen levantando barreras para que esta ley no pueda promulgarse, condenando así, a las infancias trans a seguir escapando del odio, facilitando la ocurrencia de más muertes inocentes.
Ever, hombre trans que luego de ser brutalmente asesinado, su caso fue difundido por los medios de comunicación social refiriéndose a él como mujer. Los medios de comunicación cada vez menos cuidadosos y más violentos para mantener el ratting, nos siguen odiando incluso cuando la solemnidad y dignidad debiese ser la tónica por una vida apagada por el odio.
Yuri y Claudia, dos mujeres trans asesinadas, no consiguieron justicia por sus asesinatos, porque los tribunales no las consideraron dignas, en razón de sus registros y características físicas, para ser consideradas mujeres y por tanto aplicar la pena correspondiente al delito de femicidio a los asesinos, vulnerando gravemente no solo la identidad de las víctimas, sino también la normativa sobre esta materia.
Keny, que esperaba un mejor lugar para vivir lejos de su tierra colombiana, optó por Chile, aunque no tuviera respuestas dignas para su reasentamiento. Fue asesinada a meses de su llegada y su cuerpo dejado como basura en la calle por personas que aún no son identificadas ni perseguidas por la justicia.
Hay innumerables nombres que faltan, historias de dolor y desolación que nos dejan la impotencia y rabia en carne viva. Porque el Estado de Chile y la sociedad, siguen odiando, aplicando lógicas de exterminio hacia nuestras comunidades; pero nosotres seguiremos resistiendo, amándonos y cuidándonos, porque esa es nuestra mejor defensa frente al odio y exterminio del que hemos sido víctimas, que nunca nos detuvo, y nunca nos detendrá. Hoy más que nunca debemos seguir luchando, visibles y orgulloses, con una ternura revolucionaria para ir en contra el CIStema, por quienes hemos perdido, por nosotres, y por quienes vendrán.
En especial, recordamos a nuestra querida Magda, que de seguro irá a reunirles y hacerles florecer con su risa fresca y su reflexión aguda.