La orden 0768 de la Superintendencia de Educación marca un antes y un después en la protección de les estudiantes trans en todos los colegios de Chile. El documento, producido por el Ministerio de Educación en conjunto con organizaciones sociales trans, fue lanzado hace un año y reconoce algunos de los derechos particulares de les estudiantes trans.
El respeto del nombre social en las listas, vestir el uniforme correspondiente con su expresión de género, el uso del baño que elle prefiera, entre otros derechos, fue lo que se logró con la invitación de Andrés Soffia, encargado de la Unidad de inclusión y participación ciudadana del Mineduc durante el gobierno de la presidenta Bachelet.
La producción de este documento llevó varios meses de conversación, en los que Organizando Trans Diversidades expuso el trabajo que realizó durante años, como fue solicitar el respeto del nombre, denunciando los problemas que ocasiona que el pase escolar no corresponda con la apariencia de le estudiante, etc.
Con la llegada del activista de la diversidad sexual al Ministerio se abrieron nuevos caminos. Apelando al derecho a la educación y reconociendo la diversidad identidades que pueden tener les niñes y adolescentes, indica que lo más importante fue proteger la dignidad de los estudiantes.
“Logramos una de las políticas de diversidad sexual más avanzadas a nivel internacional en el sistema educativo. No existen referencias similares en el mundo con cuestiones tan concretas”, explica Andrés.
Fabián es un chico que el año pasado cursaba cuarto medio en el Colegio María Auxiliadora de Santiago, presentó la circular y no tuvo problemas para que le reconocieran su nombre, vestir el uniforme y usar el baño que deseaba. Hoy está estudiando en un preuniversitario y comenzó a tramitar el cambio de nombre legal.
Para le coordinadores ejecutive de OTD Chile, Michel Riquelme, quien participó en la creación del documento, este es un gran avance para la comunidad. “Sienta un ordenamiento jurídico importante, es un respaldo de la institucionalidad a la existencia de estudiantes trans. También fue una ayuda a colegios que tenían la voluntad de apoyar a las personas trans, pero al no existir ningún documento muchas veces se enfrentaban a cuestionamientos de parte de otras autoridades del colegio o de apoderados”, expresa.
Aunque lamenta que se promulgara sin una capacitación previa a los colegios. “Para muchos colegios fue como si el Gobierno les tirará una papa caliente sin las herramientas para poder procesar el tema”. Algo a lo que ha contribuido en parte el trabajo de la Asociación a través de su unidad de educación y capacitación, OTEDUCA, equipo que en diferentes espacios ayuda a sensibilizar sobre la diversidad de género.
Sin embargo, la utilidad de la circular no está en cuestión. “Es la base para que cualquier estudiante trans que se sienta pasade a llevar en su identidad y expresión de género pueda defenderse de algún modo”, explica le coordinare.
La organización recibe a diario solicitudes de capacitación y, aunque su deseo sería llegar a todos los espacios, es imposible. Ante esto, la recomendación es hacer un trabajo directamente con la persona afectada, presentar la circular y principalmente escuchar cuáles son sus necesidades. “No es necesario ser un experto en el tema para aprender a respetar a una persona trans. Es simplemente cosa de escuchar qué es lo que le estudiante trans necesita e intentar ayudar a solucionarlo”, explica.