En el último reportaje de Informe Especial “Nuestros Niños Trans” pudimos constatar la difusión de información falsa, sesgada, anti derechos y trans odiante emitida por la señal nacional en horario prime.
Uno de los puntos que causó gran controversia fueron los dichos de la diputada Emilia Schneider, quien señaló como un eje central el principio del “interés superior del niño” en la transición y acompañamiento profesional de niñas, niños y adolescentes transgénero, Principio reconocido internacionalmente a través de la Convención de los Derechos del Niño, y que fue cuestionado por el periodista Santiago Pavlovic consultando si, incluso, estaría por sobre el derecho preferente de los padres a educar a sus hijos.
La respuesta corta es: sí, incluso sobre aquél derecho.
La ponderación de derechos nos ha permitido avanzar y superar la concepción de niños y niñas como “sujetos de protección” y avanzar hasta concebirlos como “sujetos de derechos”. Permitir que madres y padres tengan una potestad absoluta sobre sus hijes no los convierte en seres humanos independientes y autónomos, los convierte meramente en proyecciones de sus mismos padres.
Además, estando en vísperas de celebrar el aniversario N°34 de la ratificación de la Convención de los Derechos del Niño, instrumento de protección internacional que ha sido ratificado por 196 países, la cual establece en su artículo 3 la obligación a diversos órganos estatales el deber de velar por el interés superior del niño, precisamente en casos donde sus progenitores o cuidadores no tengan la capacidad o idoneidad para hacerlo, por lo que no resulta para nada extraño que dicho principio sea aquél en que los tribunales de familia centran sus resoluciones judiciales para resolver asuntos que vulneren los derechos de la niñez, o también sea lo que motive la existencia de políticas públicas o programas estatales como el Programa de Acompañamiento a la Identidad de Género. No por un capricho ideológico, sino por el contrario, por un estándar internacional de Derechos Humanos adoptado hace 34 años.
Es absolutamente rerochable el enfoque dado en el informe emitido por TVN, contrario a todo ordenamiento jurídico internacional y dando tribuna a personas asociadas al partido republicano, cuyos representantes en el Congreso en la votación pasada sobre la Reforma a la ley Anti discriminación nos dejaron saber que nos consideran personas “desviadas” e indignas de tener derechos.
Lo que estamos viendo son acciones coordinadas desde los grupos anti derechos, medios de comunicación y periodistas afines, por arremeter en contra de las pocas políticas públicas enfocadas en una población tan vulnerable como la población trans, que tienen en este caso, la finalidad de eliminar el programa de acompañamiento psicosocial que entrega el PAIG.
Lo cierto es, que son muchas las familias y personas trans que se han visto dañadas por la emisión de información falsa, pasando por alto sus vivencias personales y abogando por la eliminación de medios que el Estado tiene la obligación de garantizar a las personas para alcanzar su mayor grado de desarrollo material y espiritual posible, pero que en Chile tristemente, parece no ser conocido por los medios o los políticos de turno.
“El opresor no sería tan fuerte si no tuviese cómplices entre los propios oprimidos” Simone de Beauvoir.
