Veo una publicación en twitter concerniente a la noticia de Arlen, la chica transgénero que desea ser admitida en el Liceo 1 de Santiago y, por alguna razón, hago algo que no suelo hacer, leo los comentarios. No suelo hacerlo pues sé que, en general, no aportan nada, y se reparten entre ignorantes, fanáticos, alguno que otro rescatable que intenta hacer entrar en razón a estas otras personas. Resumiendo, hacia mucho que no leía los comentarios. Pero esta vez, atraída por la curiosidad o la esperanza, tal vez, leí los comentarios y si bien podría decir, como otras veces, da lo mismo, no pierdas el tiempo con esta pobre gente, esta vez no lo voy a dejar pasar, esta vez le daré importancia, porque no solo apuntan a alguien cercano, a alguien que quiero y admiro, no sólo humilla y discrimina a la comunidad trans, sino que también denigra una vez más al género femenino declarando que debemos tener una imagen determinada. Afirman, con sus comentarios, que nuestra única razón de existir es ser deseada y poseída por ellos, somos vistas, seamos mujeres cis o trans, como seres inferiores, no podemos ni lucir, ni sentir, ni pensar fuera del molde que ellos crearon para nosotras.
Arlen se atrevió a salir de ese molde y los hombres que criticaron su aspecto físico con sus burdos comentarios demostraron que muchos aún no evolucionan. Claro que algo se ha avanzado en cuanto a los roles, pero queda claro que nosotras aún aparecemos como objeto de deseo. Leí todos los comentarios, 150 en total, y todos los que se referían al aspecto físico de Arlén fueron hechos por hombres, ninguna mujer opino de eso, salvo para ir en su defensa.
La apariencia física señores, ya sea si tenemos el pelo corto o largo, negro o fucsia, si llevamos o no aretes, si tenemos sobrepeso o si somos delgadas, si tenemos tetas grandes o no tenemos, caderas anchas, labios delgados, etc. La forma en que llevamos esa apariencia física, si usamos shorts, faldas maxis, petos, chaquetas de cueros, es una elección personal en donde el otro no tiene que opinar.
Karin Husch, psicóloga y mamá de una niña trans.