Hace unos días en redes sociales nos enteramos que una persona Trans Masculina fue brutalmente golpeada por Carabineros injustificadamente. El caso de Jordán Gonzalez, que se encontraba en el sector de Cal y Canto en horas de la tarde y en el contexto de una infracción de tránsito, fué dirigido a la Primera Comisaría de Santiago. Al ingresarlo no se respetó el procedimiento establecido, y fuera de toda norma, lo hicieron pasar al gimnasio de la unidad policial donde sin mediar provocación alguna, Jordán fue golpeado con pies y puños por 5 carabineros, golpiza que cesó cuando un superior se percató de lo que estaba ocurriendo y lo sacó del lugar ensangrentado, fue llevado al baño para que se lavara las heridas provocadas en su rostro, para posteriormente intentar calmarlo. Luego lo llevaron a constatar lesiones, (recordemos que al ingresar a la comisaría estaba ileso) momento en que se percató que un carabinero que anteriormente lo había agredido, ingresó antes que él para hacer su propia constatación de lesiones y contar su historia de lo sucedido, señalando que fue que Jordán quien lo había golpeado y amenazado antes y a razón de eso, él tuvo que actuar en su propia defensa.
Son públicas y conocidas las acciones violentas en las que, la brutalidad que Carabineros ha ostentado a la hora de efectuar procedimientos de orden público y al detener a les ciudadanes, ha derivado en violaciones gravísimas a los Derechos Humanos, lo cual cobra especial relevancia y como disidencias nos preocupa hoy de sobremanera, ya que Carabineros se encuentra más blindados que nunca con la nueva Ley Gatillo Fácil, ante lo cual nos surgen las siguientes interrogantes, teniendo en cuenta las vulneraciones de derechos sufridas por nuestras comunidades a manos de Carabineros: ¿deberíamos acostumbrarnos a que en adelante las personas trans tendremos que pasar por estas situaciones frecuentemente? ya que al parecer, todas las poblaciones vulnerables y excluidas socialmente estarán en riesgo de encontrarse con un enajenado mental que se escuda detrás de un uniforme institucional para cometer abusos de poder, vulnerando algo básico y elemental para la existencia del Estado de Derecho como lo son los Derechos Humanos. ¿Dónde están los límites y los resguardos de nuestros Derechos Humanos frente a esta nueva normativa?, ¿quien se hará cargo de resarcir todos los perjuicios derivados de la aplicación de esta ley tramitada en tiempo récord por el congreso?
Son muchas las interrogantes que tenemos, frente a la violencia institucionalizada que se ha ejercido históricamente hacia nuestra población, y la única certeza que tenemos es que las comunidades trans debemos cuidarnos entre nosotres, para sobrevivir a la violencia, no hay otra opción.